lunes, 16 de mayo de 2011

Que si la pendejez es contagiosa

"La muerte es hereditaria" es una de mis frases favoritas. Alguien hace poco escribió en mi pizarrón un corolario a mi frase favorita que dice "...y la pendejez contagiosa". La primera frase me gusta porque es lo más cierto de este mundo, y porque no hay ser vivo en la historia y futuro de este planeta que no herede la muerte -por suerte y fortuna de todos-, aunque una letra de Nacho Cano diga que "los genios no deben morir".

En fin, me quedé pensando en si la estupidez es contagiosa y mi opinión es que más bien la pendejez es cómoda. Lástima. En este país no nos enseñan a pensar, ni a analizar, ni a ser distintos, nos enseñan a obedecer.

Recuerdo que he oído mil veces la frase "qué va a decir la gente", uff que si lo sé. Me parece que entonces gran parte de la falta de creatividad, ciudadanía, responsabilidad por nuestros actos es consecuencia de la gran falta de educación en disernir, abstraer y decidir.

¿a cuántas personas conocemos que prefiere no arriesgarse? ¿cuántos amigos nuestros nos han dicho que odian su trabajo y que no hacen nada por salirse de él? ¿cuántas veces hemos escuchado "si pudiera me divorciaba" o "por mi, me iría a vivir a otro lado" y nunca tomamos la decisión de hacerlo? Casi siempre las grandes decisiones vienen acompañadas de un empujoncito externo ya que nuestra voluntad no es propia ni tiene los pantalones puestos.

Eso he estado pensando: es más fácil y más cómodo no pensar y que la decisión la tomen otros; obvio es más fácil ser víctima que victimario porque nos encanta echarle la culpa a los demás de nuestros actos. Le echamos la culpa muchas veces a fantasmas, pero la neta es que cada vez que veo a alguien o sé de alguien que tiene la fortaleza de tomar una gran decisión me digo "uff, otra que sale del círculo".