lunes, 29 de noviembre de 2010

Quiero ser estudiante de nuevo

Y la vida se va y no nos damos cuenta. Hoy entró una chava que tengo de servicio social a pedirme permiso para irse de miércoles a domingo a su viaje de graduación. Le dije -obvio- que si y me entró una nostalgia increíble: ¿hace cuánto no me voy a un viaje con amigos? ¿hace cuánto no me voy así nomás, un día cualquiera sin preocuparme de mis días de vacaciones? No sé, tiene más de 15 años que mis permisos los pedía a mis papás y no a mi jefe. En ese entonces no recuerdo estar pensando en mañana, sino en hoy. Aprendí cosas haciéndolas no soñándolas desde lejos, como esquiar en el agua o escalar.

Pero las últimas semanas, después de haber vivido la agonía y muerte de mi abuela me trajeron una visión distinta de la vida. O hacemos las cosas que queremos o no se hacen solas. En las últimas semanas hice mucho en poco tiempo: ya busqué mi maestría en internet, ya me certifiqué de buceo, ya gané un documental en Marsella y estoy escribiendo el que sigue, ya di un paso más en mi relación.

Tiene razón mi papá, en vez de hacer 12 deseos de año nuevo, hay que decidir una cosa, solo una, pero que se haga.
Decidí entonces ser estudiante de nuevo, pero no en un aula, sino en la actitud, si quiero las cosas, las hago, punto.

jueves, 25 de noviembre de 2010

El dolor y la paz

Hace unos días mi apaila, la única abuela que me quedaba, falleció, después de una agonía un tanto cruda que una semana nos hizo sentirla como si fueran años.

Esos días viendo tan de cerca a la muerte y convivir con su ir y venir diario, me hizo tenerle una fascinación especial por su misterio, su intensidad, su profundidad, su oscuridad... Y me hizo pensar en los ciclos de la vida, en los inicios y los finales, pero de manera muy especial me hizo pensar en el cierre de los ciclos, en lo importante que es estar en paz con los demás y no tener pendientes. Eso repercute en el dolor tan distinto que se siente.

Hoy siento dolor y tristeza de mi abuela, pero mucha mucha paz.

Antes había tenido pérdidas -de otros tipos pero el sentido es el mismo: alguien ya no está en tu vida-, y el dolor es completamente diferente. En la ocasión anterior tuve un dolor permanente, con angustia en el estómago que me hacía llorar. Hoy tengo dolor entre los pulmones, que no es constante y que me saca sonrisas.

Todavía no entiendo la pérdida, tal vez tiene que pasar más tiempo, pero hoy puedo decir que hay un antes y un después.

viernes, 6 de agosto de 2010

Volar

¡Volar! Cuando era niña muchas veces soñé con volar; eran sueños muy raros porque en realidad mi movimiento para volar no era como el de supermán, así derechita, sino era como si nadara: movía las piernas pataleando y así avanzaba. Normalmente volaba por encima de mi calle, el coche de mi papá y la escuela -supongo que esquemas conocidos para mi-, pero la sensación era increíble. Recuerdo muchas veces despertar a medio vuelo y querer dormirme otra vez para continuar con esa sensación.

Logré volar un día, cuando entré al agua y a la mitad del mar me quedé flotando a 75 pies de la superficie, sin peso en el cuerpo, lo increíble es que el peso también desaparece del alma y de la mente; de pronto no se piensa en nada, de pronto solo se siente, y entonces llegué a la conclusión de que sentir al 100% es como volar.

¿será por eso que los pájaros son felices y cantan?

viernes, 30 de abril de 2010

10 razones para agradecer ya no ser niña

El 30 de abril, no sé por qué, todo el mundo siente la necesidad de sentirse o de decir que se siente niño otra vez. Yo la verdad, aunque me la pasé muy muy bien, no quisiera regresar a esa etapa por muchas cosas, entre ellas, mis siguientes diez razones:

1. Tu mamá o papá pueden entrar a tu cuarto, abrir tus cajones, tu mochila, revisar tus cosas, leer tus cartas, abrir el baño, darte un beso, todo cuando gusten!!!!
2. Si te sientes mal y no quieres ir a la escuela, tienes que confiar en que tu mamá confíe en que efectivamente te sientes mal.
3. Se tienen varios jefes distintos: la miss de la escuela, la jefa o jefe de la casa, el hermano mayor, las tías, el director de la escuela, y el fuerte y macho de la cuadra.
4. No se puede tomar alcohol, fumar, desvelarse NUNCA! es decir, las fiestas son en una alberca de hule espuma (qué asco!) llena de niños que no sabes ni quienes son y que probablemente se hagan pipí en dicha alberca.
5. Te convierten en un esquizofrénico bajo amenaza si no se hace lo que los papás dicen con consecuencias fatales: no te trae nada santa claus, se asoma el coco, no llega el ratón...
6. Se tiene que negociar el ver la tele: comiendo las verduras, haciendo la tarea, no contestándole a tu mamá (whatever that means), guardando tu cosas.
7. Tienes que vestirte igualititito a todas y todos tus amigos, ¡diario!
8. Hay que comer una bola de cosas para tener el pelo güerito y los ojos azules, para que la vista esté bien, para crecer sano y fuerte, para tus dientes blancos, para tu pelo bonito, para que seas listo e inteligente y bueno, no todos comieron para ser listos e inteligentes.
9. Hay que entregar cuentas de mi comportamiento a un señor para que me traiga juguetes, enviándole una carta que nunca nunca nunca, contesta.
10. Te cae todo el mundo bien (eso no es normal).

jueves, 21 de enero de 2010

I see dead people

Ayer fui a la presentación de un chavo que canta increíble y con el que estoy trabajando en su imagen. Fue en un restaurante bar verdaderamente increíble (con el peor nombre que he oido). El lugar estaba rico, música lounge, ambiente tranquilo de buen gusto, un vinito...en fin, todo bien.

De pronto empieza a llegar más gente y a llenarse el bar, que era el espacio destinado al cantante y su público. Cuando volteo a ver la gente, ¡zaz! ME QUEDÉ HELADA, viendo a una amiga (o alguien muy parecida) entrar al restaurante.

No es que me quede helada cada que veo una amiga, el tema central es que esa "amiga" se supone que está muerta. Es decir, hace como 20 años nos avisaron de su muerte y le lloré durante muchos muchos meses y una que otra Navidad.

Durante 20 años pensé que era una lástima perder a una amiga porque podríamos seguirnos viendo, ser cómplices de nuestras vidas y testigos de los cambios en nosotros, nuestras familias, parejas, hijos, en fin, lo que los amigos hacen.

Resulta que hace como 6 meses, nos la fuimos encontrando en facebook, sí en facebook, así tan descarada. Chale, no sé si ella sabe que sabemos que murió, es más no sé siquiera si sabe que murió, pero claramente no murió. Cuando abrí su fb pegué un brinco hasta el techo y me entraron una cantidad de sentimientos encontrados terribles.

Unos de rabia de sentirme engañada tanto tiempo, también de gusto -es obvio que prefiero una amiga viva que muerta-, otros de tristeza de haberme perdido la mitad de su vida y el más más fuerte, de curiosidad por saber qué pasó en ese entonces, qué la llevó a eso, por qué desapareció.

Hasta la fecha no sabría cómo reaccionar ante ella si nos llegáramos a encontrar, asi que se imaginarán lo que sentí ayer que la vi. Afortunadamente en estos casos, mi mala vista me engañó. No era ella y me relajé tanto que me reí como 20 minutos y luego disfruté de dos horas de una voz que no se escucha todos los días.

Los 40

Dicen que los 40 son los nuevos 30, pero no me late esa frase -mucho menos la teoría, obvio-. porque siento que demerita 10 años de la vida bien vividos que nadie se puede saltar. No tengo ganas de volver a tener 30 ó 20, ¡mucho menos 10! me gustan todos los 40, uno por uno que he vivido, así que con orgullo porto la etiqueta de ser cuarentona.

Creo que la crisis se encuentra más en lo que nos imaginamos al llegar a los 40, que en lo que realmente ES. Hoy no sólo me siento en mi mejor etapa de la vida, sino que me gusta cómo me veo, cómo vivo, como pienso, cómo hablo y cómo me relaciono con todo y con todos.

Hoy tengo mis prioridades bien claras, sé qué me gusta y qué no. No sé si es coyuntural o no, pero hace unos días me quité un saco que venía cargando desde hace mucho y me siento re bien. Esta entrada tiene poco sentido realmente porque no tengo ganas de platicar mucho de eso, solo era una reflexión de que mi bienvenida al 4º piso ha sido agradable y ha coincidido con eventos que me han hecho sentir mejor.

Hay quien dice que los eventos y sucesos los atraemos (en esa teoría se basa el éxito de El Secreto), y tengo el presentimiento de que será una gran década.

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lunes, 18 de enero de 2010

El ser humano en una tragedia

A todos nos sorprendió el terremoto en Haití y los últimos seis días hemos seguido paso a paso los acontecimientos en ese lugar. Todos los medios hablan de la cifra de muertos, de la ayuda humanitaria que llega, de las movilizaciones de todo el mundo, de los funcionarios de la ONU que perdieron la vida, pero lo que más me tiene sorprendida es la actitud del ser humano ante una catástrofe de esta naturaleza.

Haití está situado en la isla La Española; cuenta con 10 millones de habitantes, de los cuales el 80% viven en extrema pobreza. De ahí que Haití sea el país más pobre del continente americano y uno de los más pobres en el mundo. Sus habitantes viven de la agricultura y pesca, y en el sector industrial de los textiles. Haití depende en gran escala de los aranceles vendidos a Estados Unidos.

Hoy, a una semana del sismo la vulnerabilidad del país, su estructura política débil y la gran necesidad que impera en la población, ha demostrado que el ser humano tiene una tendencia a acostumbrarse más rápido de lo que yo creía, a la "ley del más fuerte". La falta de organización y de liderazgo han orillado a los damnificados a cometer las atrocidades más grandes que yo había visto en una tragedia de la naturaleza: los cadáveres los avientan como si fueran costales a las fosas comunes, las familias dejan a sus muertos prácticamente en la puerta de lo que les queda de casa, he visto fotos de gente robándose los ataúdes de los panteones y los esqueletos los esparcen por las calles, incluso hay fotos de gente defecando en la calle en frente de los demás. En fin, la indiferencia del ser humano ante estas calamidades me sorprende muchísimo.

Otra cosa que me ha sorprendido es la victimización de los gobernantes. Mientras la población busca qué comer y el mundo entero se organiza...ellos lloran. Será que tanta presión los tenga cegados o será que más bien Saramago en su "Ensayo sobre la ceguera" tiene razón...es más fácil acostumbrarse a ser como todos, aunque se viva entre mierda, que tomar liderazgo y dejar de ser víctimas.